sábado, 26 de marzo de 2011

La sociedad

Es alucinante ver cómo la Ignorancia pasea por todos lados a sus anchas, metiéndose dentro de cada cuerpo con el que se topa. Se siente como una reina. Controla a todos sus súbditos, y esas pocas almas que se rebelan contra ella quedan ahogadas por los balbuceos y los empujones del resto de cuerpos huecos.

¡Oh, diosa Ignorancia! Tú eres esa luz que nos guía y nos aleja de las sombras de la Razón, la Voluntad y la Capacidad para Pensar por uno mismo. Muñecos autómatas con los ojos en blanco la siguen. Son personas ciegas de originalidad y de deseo por conocer.

Y quien se quede rezagado, esperando el momento oportuno para huir a las sombras, será hecho prisionero y encadenado al borde de camino, inmovilizado frente a ellas, para que vea su salvación pero no pueda alcanzarla nunca.